ODIO, AGRESIVIDAD Y MALTRATO DE PAREJA EN TRASTORNO BORDERLINE
DE LA PERSONALIDAD
Introducción.
Existe una correlación alta entre trastornos graves de
personalidad y la exposición temprana a la violencia o al abuso físico, sexual
y psicológico. Experiencias traumáticas que luego pueden re-editarse en la vida
adulta debido a la compulsión a la repetición o la pulsión de muerte en un
intento a veces dramático, de re-elaborar, volver a rumiar o digerir lo que fue
vivido como agresivo o violento.
Objetivos y metodología
A través de un caso de patología borderline en una
paciente femenina, se describen y ejemplifican situaciones de expresión del
odio, la agresividad y el maltrato de pareja y familiar.
El caso
Es una paciente femenina de 34 años de edad, con
formación como auxiliar administrativo y poliglota del inglés, francés,
italiano, además del castellano. Soltera, diagnosticada de trastorno
borderline, trastorno depresivo mayor, anorexia nerviosa, ataques de pánico a
lo largo de su edad adulta. Con respecto a las “imagos paternas”, describe al
padre al inicio de las entrevistas como una persona con mucha capacidad de
superación pero rígida y poco permisiva con la paciente, luego, en el
transcurso de las sesiones el padre le habría infringido malos tratos aún
después de la mayoría de edad, aunque sólo recuerda los ocurrido después de los
18 años. La madre es una figura carente de empatía y comprensión hacia la
paciente, obsesionada con el orden y la limpieza y en actitud de víctima con
respecto a la paciente, acusándola de desconsiderada y poco o nada colaboradora
e incomprensible consiguiendo con ello que las hermanas mayores de la paciente
la acusen y critiquen con facilidad. Consumió drogas durante la segunda decena Tenía
una pareja que le maltrataba cuando convivían juntos hasta el punto de
golpearle la cabeza contra el suelo y la pared y patearla, siempre le criticaba
e insultaba cuando salían de vacaciones o paseo, aún delante de las hijas de su
matrimonio anterior, la humillaba públicamente y le recordaba que le era infiel
con diferentes mujeres, jactándose delante de ella de sus habilidades como
conquistador. En ocasiones acababa la relación y luego volvía con ella dado los
ruegos de la paciente y entonces planeaba con ella construir un hogar nuevo.
Cuando la pareja la dejaba o terminaba la relación, sus padres o hermanas le
negaban ayuda, la paciente se alejaba en su coche hacia la montaña y se cortaba
las muñecas y auto-agredía, para asistir a las sesiones con escaso discurso
verbal, retraída, bloqueada. En
ocasiones acusaba a otros de maltrato psicológico o de incumplimiento de sus
obligaciones laborales o profesionales al menor fallo, incluyendo a la
psicoterapeuta, llegando inclusive a denunciarlos ante sus superiores. Se
mantenía aislada y alejada de sus hermanas y demás parientes porque percibía
que la trataban y acusaban siempre injustamente y de manera incomprensible por
parte de la paciente.
Discusión
El od es un afecto nuclear de la agresión la cual es una
pulsión básica del ser humana y puede ser expresada primitivamente como cólera
y luego de forma más evolucionada como llanto o inclusive tristeza. Por su
parte la envidia es un afecto estructurado del odio. Luego las patologías
graves se puede encontrar que en sus relaciones objetales tempranas, cuando el
sujeto se encuentre expuesto a maltratos y abusos físicos, sexuales y o
psicológicos, pueden favorecer y activar afectos de tipo agresivo,
presentándose con mayor frecuencia sobre los libidinales o amorosos. Cuando el
odio es tan intenso entonces el sujeto puede tender a transformarlo en acciones
o acting-out, también el odio y la envidia pueden interiorizarse y generar
conductas de auto-mutilación y auto-destrucción muy comunes en pacientes con
trastornos borderline de la personalidad.
Las experiencias traumáticas provocadas por la violencia
o la negligencia del ambiente, pueden llevar a internalizar objetos violentos y
perturbados y convertirse recipientes o pantallas apropiadas para proyectar la
destructividad del individuo. También, los tratos y heridas sentidas como
injustas por un paciente, generan resentimiento y deseos de venganza y la
demanda de que se haga justicia puede alimentar un odio insaciable difícil de
contener que unido a la envidia puede favorecer la destrucción total del
objeto.
M. Klein dice
que en la relación madre-bebé, la frustración del lactante por la espera del
pecho o el alimento puede ser interpretado por el infante como si el pecho se negara a darse lo cual puede
conducirle a proyectar su agresividad sobre el pecho, esta agresión puede transformarse
en deseos codiciosos de incorporar el pecho que lo frustra, construyéndose el
odio hacia el pecho y las imagos fantaseadas sobre el mismo pueden destruirse,
denigrarse y atacarse en la fantasía del bebé.
Conclusión
La agresividad y el odio difíciles de contener y
reactivados por experiencias traumáticas tempranas o en la adultez pueden
favorecer la presencia de conductas auto-destructivas, auto-mutiladoras, así
como deseos de venganza y destrucción hacia otros en quienes se proyecta la
violencia y el odio sentidos y recibidos en pacientes con patología borderline.